Rockingham vuelve a brillar y pilotos piden que siga en el calendario

El regreso de NASCAR a Rockingham Speedway generó una oleada de entusiasmo entre los pilotos y los fanáticos, que esperan que el circuito se mantenga en el calendario por mucho tiempo.

El pasado fin de semana, Rockingham fue escenario de una emocionante doble jornada con las series NASCAR Xfinity y Craftsman Truck, que dejó al público pidiendo más. La pista, con su rica historia, demostró que sigue teniendo mucho que ofrecer al automovilismo moderno.

Tyler Ankrum, quien se llevó la victoria en la carrera de la Truck Series Black’s Tire 200 el viernes, fue contundente en sus elogios. “Es increíble. Siempre es emocionante volver a estas pistas clásicas. Se nota que los fanáticos están realmente emocionados. Incluso desde el pit road se puede escuchar cómo gritan y animan sin parar”, comentó.

Ankrum también destacó el ambiente único del lugar. “Te hace sentir como en los tiempos de Jimmie Johnson y Jeff Gordon. Esta vez no están por los pilotos de la Cup Series, están por nosotros. Es especial ver este tipo de carreras regresar a Carolina del Norte. Me sorprendió lo ancha que está la pista y cuánto desgaste había en los neumáticos al final. Ojalá Rockingham se quede en el calendario por muchos años.”

Por su parte, Kasey Kahne, el único piloto del campo de Xfinity con experiencia previa en Rockingham antes de su salida en 2004, volvió a competir en NASCAR después de casi ocho años de ausencia. Kahne, quien ganó una carrera de Truck en este trazado en 2012, opinó que Rockingham también podría albergar una carrera de la Cup Series.

“Creo que una carrera de Cup aquí podría ser muy buena”, afirmó. “Me encantaba verla y participar en ella. Puede ofrecer un gran espectáculo.”

Y razones no le faltan. Desde su reasfaltado a fines de 2022, la pista ha permitido un excelente agarre en prácticas y competencias, lo que ha creado una segunda línea viable para adelantar y ofrecer duelos muy interesantes en pista.

“Está muy bien que volvamos a pistas que, aunque no sean gigantes, tienen una historia importante dentro de NASCAR. Rockingham es una de ellas”, agregó Kahne. “Me gusta la dirección que está tomando todo esto.”

Incluso con la descalificación de Jesse Love como ganador provisional de la carrera de Xfinity del sábado, los duelos intensos con Carson Kvapil y Ryan Sieg marcaron la jornada. Los pilotos exploraron líneas creativas en la pista, utilizando las curvas superiores para ganar velocidad y luego lanzarse al interior para adelantar. No era raro ver múltiples cambios de posición en una sola vuelta, con maniobras como “slide jobs” y “crossover”.

Tal como mencionó Ankrum, la respuesta del público fue espectacular. Las gradas estuvieron llenas y las suites de hospitalidad agotadas. Al igual que ocurrió con el Clash en Bowman Gray y el traslado del All-Star Race a North Wilkesboro, quedó claro que los fanáticos valoran estos circuitos tradicionales que forman parte del alma de NASCAR.

Por supuesto, para traer una carrera de la Cup Series a Rockingham harían falta mejoras en la infraestructura, tal como sucedió en Bowman Gray y North Wilkesboro. Pero en términos de logística, el acceso al circuito es sencillo: está ubicado justo sobre la autopista U.S. 1, con múltiples entradas y mucho espacio para estacionar. Incluso en las horas pico, el tránsito se mantuvo fluido.

Aunque el asfalto tiene menos de tres años, ya muestra signos de desgaste, lo cual, paradójicamente, suele mejorar la calidad de las carreras. Y eso ya se nota en Rockingham.

¿Conclusión? No hay razones para que Rockingham no pueda ser considerado como sede de una carrera de la Cup Series. Y aunque eso no ocurra en el corto plazo, la doble jornada con las series Xfinity y Truck —sumada a la competencia de la ARCA Menards Series East— ya justifica por sí sola el precio de la entrada.

El esperado regreso de NASCAR al “Rock” dejó claro que el interés sigue vivo, y que Rockingham merece un lugar permanente en el futuro del deporte.